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I found myself stuck between giving this place a 3 or a 4. On the one hand, the atmosphere was truly magical — the flamenco performance, the setting, the energy — all of it created memories that will definitely stay with me for a long time. On the other hand, there were a few issues. Upon arrival, the organization was somewhat lacking. We had to look around to find someone from the staff to figure out what was going on. It also would have been helpful if someone had taken a moment to explain or remind us of the evening’s rules. But the most disappointing part was the food. A big portion of the experience is supposed to be dining by candlelight while enjoying the music and flamenco. Unfortunately, the quality of the meat ruined this for us. The tartare on the menu that night was full of sinew, making it nearly impossible to chew — most of it was left on the plate, despite the marinade being tasty and the presentation attractive. The mashed potatoes with braised beef were no better; the meat was tough, stringy, and reminded me more of a school cafeteria meal than a special dinner. The only dish everyone at our table genuinely enjoyed was the soup. This was the main reason my rating went down. If they offered a ticket to the event without dinner, I would definitely choose that option next time. En español Me quedé atrapado entre darle un 3 o un 4. Por un lado, la atmósfera fue realmente mágica: el espectáculo de flamenco, la ambientación, la energía… todo creó recuerdos que sin duda me acompañarán durante mucho tiempo. Por otro lado, hubo algunos problemas. A la llegada, la organización dejó que desear. Tuvimos que andar buscando a alguien del personal para entender cómo funcionaba todo. También habría sido útil que algún empleado se tomara un momento para explicar o recordarnos las normas de la velada. Lo más decepcionante, sin embargo, fue la comida. Gran parte de la experiencia consiste en cenar a la luz de las velas mientras disfrutas de la música y el flamenco. Lamentablemente, la calidad de la carne lo arruinó. El tartar de esa noche estaba lleno de nervios, casi imposible de masticar; la mayor parte se quedó en el plato, aunque el aliño era sabroso y la presentación bonita. El puré con carne de res estofada tampoco convenció: la carne estaba dura, fibrosa y me recordó más a la comida del comedor escolar que a una cena especial. El único plato que gustó de verdad a todos en la mesa fue la sopa. Este detalle fue lo que más influyó en mi valoración. Si ofrecieran una entrada al evento sin cena, la elegiría sin duda la próxima vez.
Lugar único perfecto para vivir una pequeña experiencia con amigos. Hacen un tour en ingles por el recinto con una sangria casera y la comida esta hecha a la vieja usanza, sin luz ni gas. El precio ronda aproximadamente los 50€ por PAX.
Un lugar mágico, super original, un ambiente fabuloso, el servicio impecable. Toda una experiencia 100% recomendable. Ahora bien, comodidades y comida puede no ser de todos los gustos a mi me encantó.
Sitio genuino pero es eso mismo lo que te atrapa al llegar allí. Esperábamos acudir a visitar un museo de vino tradicional de la zona, y nos encontramos con toda una experiencia cultural y gastronómica. La propietaria te cuenta al llegar la historia familiar del lugar, como elaboran sus vinos, y a su vez te invita a degustar de una comida con ellos. No se trata de un restaurante con carta como tal, sino que tienen un menú cerrado compuesto por 5 platos, todo cocinado por ellos de la forma más tradicional posible: cocina de leña y productos ecológicos de la tierra. Platos cuidados y originales; en definitiva… un placer para el paladar. Además al finalizar la comida, te invitan a cantar o a disfrutar de ese espectáculo espontáneo tanto de los propietarios, como de otras mesas. Todos los que allí trabajaban son amables y cercanos, lo cual invita a sentirse como en casa. Para volver y repetir esa experiencia única en otra ocasión sin duda. Mejor reservar para acudir, o informarse de los eventos que organizan para fines de semana.
Un lugar muy original donde pasar una buena tarde. Muy buena comida, menú único, 5 platos exquisitos y vino elaborado por ellos mismos y todo en un magnífico entorno en una masia de origen romano. Música y actuación después de la comida y todo ello con personal muy simpático y atento, sobre todo Carol, la anfitriona que con su simpática y gracia te envuelve en una agradable experiencia
Es sin duda el restaurante más singular que he visitado. El menú de ese día con marcada influencia británica. Carolina, dueña, señora y alma de la fiesta nos hizo reír constantemente con su forma de hablar llana, ácida y graciosa, Una showoman que nos arrastró a bailar y cantar entre las mesas con comensales noruegos, rusos y holandeses.